sábado, 4 de enero de 2014

Benjamin según Scholem. Retrato impresionista sobre la idiosincrasia del príncipe o ¿quién lo hubiera dicho? (II).


Benjamin según Scholem. Retrato impresionista de la idiosincrasia del príncipe o ¿quién lo hubiera dicho? (I).

Klee-angelus-novus.jpgAngelus novus, P. Klee, 1920 (Fuente)

Las citas proceden de la edición francesa de Scholem, Gershom, Walter Benjamin, Histoire d’une amitié, Presses Pocket, 1975

- Después, tuve ocasión de entrevistarme con otras mujeres que habían conocido bien a Benjamin. Una de ellas, incluso, había sido pedida en matrimonio por él en 1932 (p. 147).

- En relación con Goldberg… a Benjamin le resultaba tan antipático que un día había sido físicamente incapaz de darle la mano. Me dijo que había sentido que el personaje en cuestión estaba rodeado de un aura tal de falta de honestidad que, simplemente, no había podido estrecharle la mano (p. 150).

- Poco tiempo después, Benjamin vino a verme; estaba de paso hacia Semmering, donde debía encontrarse con Dora. Fue en ese periodo cuando compró por 1000 marcos (¡14 dólares!) la acuarela de P. Klee, Angelus Novus (p. 154).

- Sin embargo, había decidido, como lo prueba su intentona de Frankfurt, probar todas las vías de acceso que pudieran  permitirle hacer carrera en la universidad, con la esperanza de que una carrera de ese tipo le proporcionara el sustento necesario para su actividad intelectual. Cuando nos despedimos los dos, estaba bastante convencido de esa posibilidad. Todavía no sabía que, de acuerdo a la pérfida frase de Rothhacker referida a él, “el ingenio no puede, por sí mismo, ser la base de una habilitación” (p.178-79).

- Sus cartas desde Capri estaban llenas de alusiones  poco menos que misteriosas a una mujer  que acababa de entrar en su vida, Asia Lacis, y a la que no se refería nunca por su nombre (p. 184).

- Una o dos veces fue con Fritz Radt a Sopot, donde había un casino en el que podía dar rienda suelta a la pasión por el juego que, de vez en cuando, se apoderaba de él (p.190).

- Poco después de que yo me hubiera ido, Dora fue a verle y se paseó con ella durante varios días por toda la ciudad. Dora me lo contó en una postal en la que trataba de imitar  la caligrafía microscópica de Benjamin, a propósito de la cual él había señalado, en broma,  que se trataba de un “importante fragmento de la nueva cábala”. A continuación, se marchó junto con ella a la Costa azul. En el casino de  Monte Carlo ganó suficiente dinero como para costearse una semana entera en Córcega (p. 197).

- Mi mujer y yo le visitamos también en el espantoso Hotel del Mediodía, en la Avenida del Parque Monte Ratón, 4. Vivía en una habitación del todo miserable, pequeña y abandonada, en la que solo había una cama de hierro  y algún pequeño mueble (p. 199).

- Me dijo que en octubre había sido víctima de un ataque debido a las emociones derivadas de su proceso de divorcio y que había sido incapaz de hacer cualquier cosa durante diez días (p. 237).

- “Así es como volví a leer La Cartuja de Parma, obra admirable como ninguna”   (p. 266). (Cita de una carta de Benjamin)

- Había querido mucho a Benjamin por su gracia y su encanto. “Su risa era mágica; cuando reía desvelaba todo un mundo”, me dijo ella (Olga Parem) más tarde (p. 273).

- Benjamin, según ella [Olga Parem], había estado enamorado de un gran número de mujeres en esos años; también habría tenido una “amiga de gran belleza” en Barcelona, la mujer divorciada de un médico berlinés. Creo que es posible, pero no puedo afirmarlo con seguridad,  que la decisión de suicidarse,  a la cual iba a renunciar en el último momento, estuviera ligada en parte a la decepción provocada al ser rechazado por Olga Parem, cuando, hacia mediados de junio, de forma totalmente inesperada, le había hecho una propuesta de matrimonio (p.  273).

- En relación con el espiritismo, me dijo que “a cubierto de miradas indiscretas, una tarde más o menos lejana, te expondré delante de una botella de Borgoña,  una teoría que he elaborado para mi placer personal sobre esas cuestiones” (p. 278).

- Hanna Arendt… me escribió a finales de mayo: “Estoy muy preocupada por Benjamin…Me parece que solo ahora está llegando a cosas decisivas para él. Sería horrible que se viera bloqueado justo en este momento” (p. 316).

- …sus Tesis sobre la filosofía de la historia, redactadas a principios de 1940, y que eran una especie de respuesta al pacto germano soviético (p. 317)

Coda. Benjamin como Leopardi:
Ya el 25 de octubre de 1825 empezó a lamentarse. El frío lo envilecía hasta harcerle “immalinconire e disperare”… Era una auténtica muerte. Después, decidió pasar la mayor parte del día en la cama, como Walter Benjamin en Paris. Encargó una especie de saco relleno de plumas; dentro, leía, estudiaba medias jornada enteras, y salía de allí lleno de pelusas y lanillas. (Citati, Pietro, Leopardi, Oscar Mondadori, 2011, p. 278)

viernes, 3 de enero de 2014

Perder la cabeza, parcial o totalmente, por distintos motivos

 

imageBaños del Prado (Madrid)

 

IMGP1837Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1839Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1852Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1904Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1590Panthéon (Paris)

 

IMGP1946Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1960Museo Cluny (Paris)

 

IMGP1990

 

imageIglesia de Saint-Germain-l'Auxerrois (Paris)

 

imageMusée Carnavalet (Paris)

 

IMGP1717Musée Carnavalet (Paris)

 

IMGP1200Museo del Patriarca (Valencia)

 

imageCatedral de Notre Dame (Paris)

 

IMGP1195Museo del Patriarca (Valencia)