sábado, 3 de marzo de 2012

Mucho peor que doblar la esquina

Llevo en mí una madre insistente, una tía, varias primas, tantas mujeres cuyas voces me dan consejos que no sé a quien atender, porque a menudo se contradices. La mujer que más se preocupa por el orden  de mis cosas es quizá una compañera de facultad, madre vicaria en el fondo, que me recuerda que no debo hacerlo. No me lo dice siempre que la doblo, no se pone pesadísima cada vez que tengo prisa y recurro al truco, pero sé que no le haría ninguna gracia gracia si viera la despreocupación, a veces casi saña, con que lo hago, hasta dos veces seguidas, una, por ejemplo, si no tengo con qué escribir, para recordar que hay algo que me ha interesado, y  la siguiente, porque me ha entrado el sueño. Así sé hasta dónde he llegado y que en esa página hay algo que me ha interesado. Subrayar es otra cosa, porque  en el fondo implica más aplicación que falta de diligencia.
Los marcapáginas, por otro lado, nunca me han durado más de una semana, cualquiera que fuese la imagen representada en ellos y cualquiera el material con el que estaban hechos o la persona que me los hubiese regalado. Tengo varios muertos de aburrimiento, casi sin estrenar, acumulados en una especie de colección a penas en ciernes que abandoné por vaguería y había empezado por imitación de la compañera que se espantaba de verme doblar la esquina.
Pero una cosa es querer dejar  pequeños rastros de nuestro paso, huellas, teñidas  a veces de una punta de sadismo, y otra cosa bien distinta hacer arte de la necesidad, o pseudoarte, si es que existe el verdadero.
Mi padre no vería con buenos ojos lo que van a ver ustedes, y no tanto por cuestiones estéticas, que también, como por sacrosantos principios de una educación respetuosa con ciertos objetos. Además, qué caray, es que da la impresión de que lo que menos quería Isaac G. Salazar, de Artesia, Nuevo Méjico, el tipo que se ha dedicado a hacer esta provocativa papiroflexia, era leer. Quizá tenía que aprobar un examen y en lugar de llevar aprendidas las lecciones se presentó con los libros tal y como aparecen en las fotos para distraer al profe.
(Fuente de las imágenes)

                             Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte

                              Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte


Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte


Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte


Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte


Libri origami, l'hobby di Isaac è diventato arte

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