domingo, 29 de enero de 2012

Reedición de entradas. Rincón de las versiones. La Piaf de la Vie en rose, una bomba antifragmentación del yo.

Hace un pare de años oí decir a A. Gabilondo, catedrático de metafísica, cuando todavía era ministro de Educación,  que es característica esencial del ser humano no ser contemporáneo de sí mismo. Lo decía con la autoridad de quien ha leído sobre el tema, pero también daba la impresión de que mediante este comentario tan abstracto pretendía retratarse tímida e inteligentemente, como si se sintiera particularmente reflejado en ese decalaje que comentaba. Supongo que se refería al hecho de que no estamos nunca enteramente ni donde estamos ni en el momento que señala nuestro reloj ni con quien nos acompaña, aunque seamos nosotros mismos. Siempre estamos fragmentados, con trozos nuestros, a veces lo mejor de nosotros, que están viviendo lejos, en otro instante, con otras personas, haciendo esfuerzos para no marcharse distraídamente por el sendero del recuerdo, la añoranza, en anhelo de no estar aquí y ahora. Estar ausente, lo llaman, algo que nos ocurre a todos, en mayor o menor medida. La  ensoñación es un consuelo, aunque sea a menudo magro, porque nos transporta a esos ámbitos queridos, nos lleva con quienes querríamos estar (…poco importa burlar brazos y pecho/si te labra prisión mi fantasía). Pero es que a veces ni siquiera el deseo nos hace parar quietos, aunque cumplirlo es ayuda a quedarnos quietos, a pasar un rato de verdad en un sitio con alguien, y no lo digo en sentido propio precisamente.

Las terapias Gestalt invitan a vivir el presente, el aquí y ahora, como decía un oficiante al que conocí. Pero eso es tan difícil que habría que darse por satisfecho con estar al cincuenta por ciento en solo dos sitios, con dos personas solo, con la conciencia  parcialmente escindida y no hecha un absurdo caleidoscopio. Una solución para que los demás no noten nuestras idas y vueltas es sobreactuar, castigándose o sometiéndose a disciplinas más o menos férreas, como contar el número de copas que están sobre la mesa, mirar los pendientes de las chicas, o las veces que el otro dice “ya, ya…” o  “¡maño!”, pero es una actitud que produce lesiones de alma y por ende de cuerpo. Además, si no estás muy entrenado llega un momento en que te vas del todo y empieza la misma historia, te pones a contar copas o a mirar, pero en otro sitio, irreal esta vez. Otra técnica es la ironía, quizá la postura más elegante ante la condena de la acontemporaneidad, ya que permite reírse de ella, tratarla de tú a tú, aunque en el fondo sepas que te va a acabar por ganar la partida y en algún momento te tendrás que ir al baño a contener los gimoteos. Además, con los años se acaba siendo sarcástico y se pierden amigos, sobre todo entre los que en la amistad buscan la autocelebración

Vivir el aquí y ahora en la psicología Gestalt no tiene nada que ver con la obsesión de disfrutar. El aquí puede estar lleno de pinchos y el ahora estar emponzoñado. Pero estar triste en un solo sitio no es tan fácil como parece, en seguida te partes en cuatro momentos adversos, cuando se te murió el perro o el periquito, cuando te dejó Blas, cuando perdiste a un pariente. La tristeza es un plato de fusión que a menudo, por insoportable,  acaba en risas. Muchos funerales son prueba de ello.

La vie en rose habla de una de las pocas experiencias plenas de la vida. Esa que consiste en tener a alguien que hace que todo sea bello si no lo es, o por lo menos que nada importe lo suficiente como para hacer que torzamos el gesto. Es una canción que tiende a despertar en quien la oye la misma dicha que dice sentir quien la canta, la de la felicidad del abandono absoluto en brazos del amado, un abandono que se impone por sí mismo, ni se discute ni se propicia. Tiene la frescura de lo cotidiano cuando no está contaminado por la rutina, la espuma de los días, como si de repente  toda nuestra vida igual toda nuestra vida quedara purificada, igual que lavamos el cuerpo cada mañana, por lo menos en verano. El amor es una fuerza rosicler, ineluctable, como la llegada del alba. Aquí no se reflexiona ni se plantean problemas, solo se describen los gestos del deliquio, esos mohines que derrumban murallas y abren túneles hasta el corazón. El yo, ese que pone resistencias a todo  cuando se está enamorado deja de existir como barrera, como escollo ante el mundo.

Por momentos, me parece que la letra tiene un lado machote. Debe ser que mis ejercicios Gestalt, esos que consisten en cerrar los ojos, saltar desde lo alto o tirarse para atrás y confiar en que alguien te cogerá, no estuvieron bien hechos, porque no estaba del todo allí y entonces. En cualquier caso, esa actitud de mujer entregada tiene más sentido, resulta más verdadera, pero menos fácil, si se piensa en la mujer rebelde y al tiempo desamparada que fue la Piaf, “pequeña gran Torino”.

La Vie En Rose (E. Piaf)

Des yeux qui font baisser les miens, un rire qui se perd sur sa bouche. Voilà le portrait sans retouche de l´homme auquel J'appartiens.
quand Il me prend dans ses bras,
Il me parle tout bas , Je vois la vie en rose. Il me dit des mots d'amour , des mots de tous les jours,
et ça me fait quelque chose. Il est entré dans mon coeur,
une part de bonheur dont Je connais la cause. C'est lui pour
moi, moi pour lui dans la vie. Il me l'a dit, l'a juré pour la vie.
Et dès que Je l'apercois alors Je sens en moi mon coeur qui bat...
Des nuits d'amour à plus finir, un grand bonheur qui prend sa place.
les ennuis, les chagrins s'effacent heureux, heureux à en mourir. Quand Il me prend dans ses Bras,
Il me parle tout bas , Je vois la vie en rose. Il me dit des mots d'amour , des mots de tous les jours,
et ça me fait quelque chose. Il est entré dans mon coeur,
une part de bonheur dont Je connais la cause. C'est lui pour
moi, moi pour lui dans la vie. Il me l'a dit, l'a juré pour la vie. Et dès que Je l'apercois alors Je sens en moi mon coeur qui bat...

Louis Amrstong hizo está estupenda versión en inglés, todo gozo. Es  cosa muy distinta de la Piaf, el sueño americano en pareja con las trompetas del Paraíso de los enamorados, un reputado e inexistente club, porque el verdadero se llama Infierno de enamorados. A. empieza a cantar a partir del minuto 1’36.

Hold me close and hold me fast
The magic spell you cast
This is la vie en rose
When you kiss me heaven sighs
And tho I close my eyes
I see la vie en rose
When you press me to your heart
I`m in a world apart
A world where roses bloom
And when you speak...angels sing from above
Everyday words seem...to turn into love songs
Give your heart and soul to me
And life will always be
La vie en rose.

La gran Milva, en italiano, le dio un aire cósmico erótico que no me acaba de gustar, porque la descontextualiza, la desconcretiza:

Se tu sei vicino a me,
Sognando insieme a te,
La vita è tutta rosa.
È una musica d'amor
Che sento in fondo al cuor
Nell'aria e in ogni cosa.
Le parole che sai dir,
Più lievi di un sospir, non possono mentir.
Socchiudo gli occhi e ti sento parlar, e la tua bocca mi par di baciare.
Se tu sei vicino a me la vita è sempre rosa insieme a te. C'è la tua immagine nel cielo, c'è il tuo sorriso in ogni fiore. Tu vivi in ogni mio pensiero e la mia vita è il tuo amor. Le parole che sai dir,
Più lievi di un sospir, non possono mentir.
Socchiudo gli occhi e ti sento parlar e la tua bocca mi par di baciare.

M. Mathieu, además de en francés, la cantó en alemán. Lo que es en francés, francés, no ha quedado ni “la rose”: Dejo en suspenso el juicio, porque no puedo evitar imaginarla en un cabaré con sombrero de copa y medias de seda, lo cual es bien falso.

Warum gehst du denn mit mir aus?
Ist es viel schöner nicht zu Haus?
Wo niemand unsere Liebe sieht
Und nur der Mond weiß, was geschieht.
Schau mich bitte nicht so an,
Du weißt es ja, ich kann
Dir dann nicht widerstehen.
Schau mir nicht so auf den Mund,
Du kennst genau den Grund,
So kann's nicht weitergehen.
Schau, die Leute ringsumher,
Sie wundern sich schon sehr,
Wir sind doch nicht allein.
Was mir dein zärtliches Lächeln verspricht,
Sollst du, erst wenn wir alleine sind, halten.
Schau mich bitte nicht so an,
Du weißt es doch, ich kann
Nicht widerstehen.
Ein jeder merkt an deinem Blick:
Wir sind verliebt, beseelt vom Glück,
Und jeder Druck von deiner Hand
Wird als Liebkosung gleich erkannt.
Schau mich bitte nicht so an,
Du weißt es ja, ich kann
Dir dann nicht widerstehen.
Schau mir nicht so auf den Mund,
Du kennst genau den Grund,
So kann's nicht weitergehen.
Schau, die Leute ringsumher,
Sie wundern sich schon sehr,
Wir sind doch nicht allein.
Was mir dein zärtliches Lächeln verspricht, Sollst du, erst wenn wir alleine sind, halten.
Schau mich bitte nicht so an
Du weißt es doch, ich kann
Nicht widerstehen,
La la la la la la
La la la la la la
Nicht widerstehen.

Una versión reciente franco inglesa, que la cantante es una canadiense bilingüe, Martha Wainwright, hermana de su hermano. Evoca a la Piaf, hasta en la sensación de que se trata del amor fou de quien cotiza sus últimos años a la S. Social, y a Armstrong en la trompeta, aunque menos:

Y una muestra en español desentendida por completo del tono original, mucho menos carnal y más emotivo.Thalia, de la que huye la musa homónima en cuanto la oye nombrar, aburre a base de grititos y pamemas:

Cuando tus ojos me miran
mi corazón se alborota
Tu risa ideando la mía
Tu boca busca mi boca
Si me abrazas moriré,
si me hablas cantaré
Lo veo todo en rosa
Tus susurros son la miel
tus penas mi pesar, pero al final es todo rosa
Es mi joya el corazón tú eres el ladrón, rondas mi balcón. No salgas de mi corazón jamás. Júramelo, júralo por tu amor. Desde que se declaró mi alma se quebró. Vivo de ti . Il est entré dans mon coeur une part de bonheur, dont Je connais la cause. C’est lui pour moi, moi pour lui dans la vie. Il me l´a dit, l´a juré pour la vie elle apercoit alors je sens en moi mon coeur qui bat . C’est lui pour moi, moi pour lui dans la vie. Il me la dit, l´a juré pour la vie
alors je sens en moi mon coeur qui bat.

Y, por último, G. Jones, pantera entre las jirafas de la discoteca, ser entre la mitología y el extrarradio, por el que sin duda hubiera dado un potosí cualquiera de los dictadores árabes recientemente caídos.

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