lunes, 2 de enero de 2012

Apodos italianos para el más allá en las esquelas napolitanas.

Una de las imágenes que choca al turista que pasea por las calles de las ciudades italianas son las  esquelas pegadas en las paredes, a veces puestas encima unas de otras, rotas en los pedazos que quedan al arrancarlas, como esa especie de palimpsestos hechos con los viejos carteles de cine  que  tanto gustaban M.Rotella. Las muertes de los vecinos se superponen, como ocurría con los estrenos de cine. 

  Foto de una obra de M. Rotella.                                                              

Las esquelas a las que me refiero parecen pequeñas (unos 50x35 cm) publicidades del fallecimiento de algún vecino, como si en lugar de un vocero que circulara por el barrio dando las últimas luctuosas novedades se prefiriera la dignidad del texto escrito y la lectura silenciosa ante tan des/agradable noticia. Recuerdo que  en las ciudades españolas se dejaba  cerrada una de las hojas del portal como señal de que un inquilino había pasado a mejor vida, pero tengo la impresión de que hace tiempo ya la costumbre ha pasado a esa misma mejor vida.

La doppia vita del caro estinto

Una de las esquelas descritas en el texto.

Es frecuente, por lo demás, que en la esquela figure el apodo o la forma en que era conocido el finado por la comunidad o el nombre de pila o un hipocorístico seguido de la profesión. Ocurre en particular en aquellas zonas, como Nápoles es que se es particularmente proclive a este tipo de aclaraciones del nombre:

La doppia vita del caro estintoLuigi Vitullo, también conocido como Giggino el barbero.

 

 

 

 

L’Espresso publica una pequeña selección de estas esquelas. Sirva para dar cuenta de cómo se esmeran los talleres de artes gráficas en dar variedad a sus encargos:

La doppia vita del caro estintoOtro barbero

La doppia vita del caro estintoMaría Speranza de Longis, una burra maleducada, que diría mi suegra.

La doppia vita del caro estintoCiro Pugliese, llamado el manteca.

showNextPhoto()Patrizia de Clemente, una perlita.

La doppia vita del caro estintoM. Salvatore, también conocido como el pitufo.

La doppia vita del caro estintoY hasta quien se muestra agradecido desde el más allá. Lástima que no pueda preguntársele el motivo del agradecimiento.

5 comentarios:

  1. La primera vez que visité una ciudad italiana me sorprendió esta costumbre, pero no por ser desconocida para mí, sino por la similitud de hacer pública la muerte de un vecino con la forma en que todavía se sigue haciendo hoy día en mi pueblo. Soy de Ejea, un pueblo de las Cinco Villas y tanto aquí como en toda la comarca podemos encontrar las esquelas colocadas en varios puntos del pueblo. Es así como la gente conoce el hecho y acude al tanatorio para dar el pésame a los familiares.

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  2. Gracias por la información. Yo no había visto nunca esquelas semejantes hasta que fui a Italia. Tienen una especial gracia, si así se puede decir, por lo expresivas que son. No recuerdo si en alguna escena de Totó o en la serie de Bellavista sale a relucir la cuestión. La próxima vez que pase por Ejea estaré más atento.
    Saludos

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  3. Me han gustado mucho las esquelas que traes.
    A mí algún tipo parecido de esquelas me llamó la atención en las pequeñas aldeas de Galicia. Estaban pegadas en cualquier poste o muro y te lo contaban todo acerca del difunto y las circunstancias de su fallecimiento con pelos y señales(tanto que a veces resultaba cómico)y muy a menudo añadían al texto una pequeña foto(que-será coincidencia- casi siempre tenía forma oval...¿? como si hubiera sido rescatada tras años de permanecer en un marquito ovalado).
    Desconocía que ésta de pegar esquelas fuese una costumbre ejeana ... yo también estaré atenta. ;-)
    Saludos a todos

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  4. Gracias por el comentario.
    En realidad, ahora caigo en que estas esquelas parecen lápidas rectangulares de las que cierran los nichos, que a menudo tienen fotos ovales, una forma que se suele reservar para ocasiones o escenas especiales. Ninguna tan especial como esta.

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