miércoles, 12 de mayo de 2010

Los efectos de la inflación sobre un rito infantil.

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Lo hacíamos con las pesetas, con algún duro, cuando los trenes hacían chuchú. El resultado era una chapa con la cara de Franco desfigurada, una especie de no moneda que te alejaba de lo cotidiano, o más bien lo refrescaba con la brisa de lo insólito, como si con ella pudieras comprar chuches mágicas, algo parecido a lo que a veces consigue el arte, renovar el deseo, esbozar en el horizonte los trazos de otra vida.Todo lo contrario de alienar, engañar, distraer.

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